jueves, 24 de agosto de 2017

CLAVES PARA MEJORAR EL DESEMPEÑO ACADÉMICO

Tu hijo no quiere hacer los deberes escolares?
Viene a casa  y no sabes cómo ayudarle? 

A continuación compartimos un vídeo que puede sernos útil, acerca de  lo que debemos hacer los padres y lo que nunca debemos hacer con relación a los deberes o tareas escolares.

Recuerda que la próxima semana se realizarán las “pruebas de suficiencia” y es la oportunidad de mejorar los resultados académicos obtenidos en el segundo periodo.

Te motivamos a que como padre, madre o acudiente,  acompañes a tu hijo, verifiques que realice las actividades de refuerzo y le apoyes para que pueda superar sus dificultades.

Ten en cuenta las siguientes recomendaciones:

1. Forme  hábitos de estudio. Enseñe a su hijo a organizar su tiempo y el lugar para realizar sus actividades escolares. 
2.Muestre a una actitud positiva frente a las tareas, motive a sus hijos. Nos se queje de las tareas. 
3. Cree una atmósfera adecuada, que su hijo cuente con un espacio adecuado para hacer las tareas, cómodo, con buena luz y con los materiales necesarios para hacer su tarea.

4. Establezca un horario de trabajo, una rutina. Procure que las tareas se hagan todos los días a la misma hora. En un lugar adecuado, no sobre la cama, no con elementos que lo distraigan : TV, Tablet, etc
5. No haga las tareas por ellos. Apoye y supervise.  Dedique tiempo de calidad,  evite estar usando el Whatsapp o las redes sociales, mientras realiza el refuerzo. Dispongase, mantenga una buena actitud y sea paciente.
6. Reconozca los avances en el proceso y motívelo a mejorar.
7. Revise la agenda diariamente, fírmela y mantenga una buena comunicación con sus profesores.  
8. Establezca normas claras en casa, implemente sanciones de acuerdo a la falta y a la edad del niño. Enséñele a ser obediente, sin caer en los extremos (permisividad-Indiferencia-Maltrato)
9. Es importante que el niño entienda que sus padres y profesores,forman un equipo que se esfuerza por ayudarlo; no  hable mal del profesor delante de sus hijos, si tiene alguna observación o sugerencia, hable directamente con el profesor. 
10. Lleve al niño a las valoraciones que se requieran, fonoaudiología, optometría, Terapia ocupacional etc, y siga las recomendaciones que allí reciba. 

NO CONSIDERES EL ESTUDIO COMO UNA OBLIGACIÓN SINO COMO UNA OPORTUNIDAD PARA PENETRAR EN EL MARAVILLOSO MUNDO DEL SABER”.


sábado, 19 de agosto de 2017

PLATO SALUDABLE DE LA FAMILIA COLOMBIANA

Consuma alimentos frescos y variados como lo indica el Plato saludable de la familia colombiana. 

Para favorecer la salud de músculos, huesos y dientes, consuma diariamente leche u otros productos lácteos y huevo.

Para una buena digestión y prevenir enfermedades del corazón, incluya en cada una de las comidas frutas enteras y verduras frescas.

Para complementar su alimentación consuma al menos dos veces por semana leguminosas como fríjol, lenteja, arveja y garbanzo.

Para prevenir la anemia, los niños, niñas, adolescentes y mujeres jóvenes deben comer vísceras una vez por semana.

Para mantener un peso saludable, reduzca el consumo de “productos de paquete”, comidas rápidas, gaseosas y bebidas azucaradas.

Para tener la presión arterial normal, reduzca el consumo de sal y alimentos como carnes embutidas, enlatados y productos de paquete altos en sodio.

Cuide su corazón, consuma aguacate, maní y nueces, disminuya el consumo de aceite vegetal y margarina, evite grasas de origen animal como mantequilla y manteca.

Por el placer de vivir saludablemente realice actividad física de forma regular.


IMPORTANCIA Y TÉCNICA DEL LAVADO DE MANOS

Entendido como uno de los métodos de higiene más básicos e importantes, el lavado de manos es un simple acto que no toma más de cinco minutos y que nos puede prevenir en numerosas ocasiones de la presencia de virus, bacterias y enfermedades que se transmiten a través del contacto de diversas superficies o que están en el ambiente. Se considera que el lavado de manos puede evitarnos, además de pequeñas condiciones de enfermedad, serios problemas como los diferentes tipos de hepatitis que se contagian a través del contacto persona a persona y que pueden significar profundas complicaciones para la salud.


SEMBRANDO HÁBITOS, CONSTRUYENDO RELACIONES


El Equipo de Orientación Escolar con apoyo de los profesionales del Equipo Psicosocial-Colsubsidio realizó recientemente una serie de talleres dirigidos a padres de familia y/o acudientes de ciclo inicial y uno, con el objetivo de brindar  herramientas y orientaciones generales orientadas al fortalecimiento de hábitos y manejo adecuado de pautas de crianza de los niños y niñas.

A continuación compartimos algunos de los elementos que se abordaron en este espacio. 
1. ¿Qué son las pataletas infantiles?

Las pataletas o rabietas infantiles son un estado de impaciencia y enfado, que puede originarse cuando las capacidades y/o habilidades de las niñas y los niños no les permiten obtener lo que quieren, siendo totalmente normales, necesarias e indicativas de un correcto desarrollo entre los 2 y 5 años, por lo que a esta edad no constituyen por sí mismas un trastorno.

2. ¿Cómo actuar ante una pataleta?

Para comenzar es preciso recordar que la Familia constituye el primer contexto de relación social, resultando especialmente relevante para la formación de vínculos afectivos, el desarrollo psicosocial y emocional del adulto, es por ello que ante situaciones de rabieta o pataleta, aunque los niños y niñas griten, peguen, lloren, arrojen objetos o se tiren al suelo, los progenitores y/o cuidadores son el principal Modelo de Aprendizaje acerca de la forma en que los pequeños aprenderán a resolver sus propios problemas en el futuro. Lo que has de hacer precisamente es alimentar la relación con tu hijo y proporcionarle experiencias sistemáticas que constituyan el fundamento de su fiel creencia en que tiene derecho a tu amor y afecto. En otras palabras, queremos que los niños sepan que pueden contar con que sus necesidades serán satisfechas.
 
 Mantener la calma: Cuando los niños se muestran reactivos y tienen dificultades para escuchar, a menudo es preferible estar callados. Hablar y hablar a nuestros hijos mientras
Están alterados suele ser contraproducente, pues estamos proporcionándoles mucho input sensorial que puede desregularlos más todavía. En vez de ello, es mejor utilizar más comunicación no verbal. Abrázalos. Masajéales la espalda. Sonríe u ofrece expresiones faciales empáticas. Asiente. Después, cuando empiecen a calmarse y estén preparados para escuchar, puedes redirigir introduciendo las palabras y abordando el problema en un nivel más verbal, más lógico.


Ponerse a su altura: El objetivo fundamental no es realmente el final rápido de la rabieta, sino ser emocionalmente sensible ante tu hijo/a y estar a su lado, es por ello que ubicarse de frente a su misma altura, hará que te perciba como una persona cálida y cercana, la conexión tiene que ver con superar los momentos difíciles y estar a su lado cuando sufran emocionalmente, lo mismo que si se hubieran lastimado la rodilla y padecieran dolor físico. 

Establecer contacto visual: Es ideal poder mirar fijamente a los ojos, pues el lenguaje no verbal trasmite firmeza y seguridad, educar a partir del afecto, sin maltrato.

Contacto físico: Si aportas empatía y tu presencia tranquila durante la rabieta harás que las cosas sean más fáciles y menos exageradas, tanto para ti como para tu hijo, y proporcionarás al pequeño la capacidad para manejarse mejor en el futuro, pues la sensibilidad emocional refuerza en su cerebro las conexiones integradoras que le permitirán tomar mejores decisiones, controlar su cuerpo y sus emociones, y tener en cuenta a los demás. Conectar es compartir la experiencia de tu hijo, estar a su lado, acompañarlo en este momento difícil. Con ello le ayudas a integrar su cerebro y le ofreces la regulación emocional a la que es incapaz de acceder por su cuenta. Después puede regresar a la corriente del río del bienestar. Le habrás ayudado a pasar de la reactividad a la receptividad, a construir el cerebro y a intensificar y fortalecer el vínculo que los une.


Habla con él o ella: Sabemos lo desagradable que puede ser un berrinche. Lo sabemos, no te quepa duda. Pero en el fondo todo se reduce a esto: ¿qué mensaje quieres enviar a tus hijos? Esto no significa que debas dejar al niño hacerse daño, romper cosas o poner a los demás en peligro. Todavía puedes, y debes, fijar límites. A un niño que arroja una figura de Bart Simpson contra un frágil despertador Hello Kitty no le dirás simplemente: «Hijo, parece que estás disgustado.» Una respuesta más adecuada será decir algo como: «Veo que estás alterado y te resulta difícil quedarte quieto. Te ayudaré.» Quizá tengas que cogerlo en brazos con tacto o guiarlo hacia el exterior mientras sigues conectando —valiéndote de la empatía y el contacto físico, recordando que él te necesita— hasta que se haya calmado. Una vez que tenga más control sobre sí mismo y se halle en un estado de ánimo receptivo al aprendizaje, puedes discutir con él lo que le ha pasado.





Los niños necesitan que fijemos límites y comuniquemos nuestras expectativas. Pero aquí la clave es que la disciplina debe comenzar con la educación de los hijos y la sintonización con su mundo interior, lo que les permitirá saber que sus padres les ven, les oyen y les quieren, incluso cuando estén haciendo algo malo.