Viernes 2 de febrero de 2018
¿Cómo mejorar la conducta infantil en sus niños en etapa preescolar?
Existen técnicas de
modificación conductual que permiten corregir muchos de los comportamientos
inadecuados de los niños.
Usted como padre de familia
se ha preguntado que debería hacer cuando su hijo (a) presente conductas
negativas tales como: Ser desobediente, insultar con frecuencia, mentir y
mostrarse agresivo con quienes le rodean. Sabía usted que estos son algunos de los
síntomas característicos de los niños con problemas de conducta. Este es uno de
los desafíos por los cuales padres y educadores deben enfrentarse a tiempo a
estos comportamientos perturbadores para evitar que se intensifiquen en la
adolescencia. Para ello, cuentan con distintas técnicas y estrategias de
modificación de conducta que, utilizadas con destreza, les ayudarán a
controlarlas o eliminarlas.
Según los especialistas los
niños con un trastorno de conducta pueden involucrarse en peleas más violentas
y pueden robar o mentir sin ninguna señal de remordimiento o de culpa cuando
son pillados. Rechazan seguir las normas y pueden comenzar a tener problemas
con la ley.
Por ende “Es necesaria una
intervención temprana de padres y docentes para evitar que estas conductas se
incrementen y evolucionen hacia trastornos más graves”
PAUTAS GENERALES
Las investigaciones y
estudios sobre el comportamiento infantil apuntan a distintos aspectos como
generadores de conductas adecuadas. Estos sirven de punto de partida a los
padres para evitar el desarrollo de comportamientos disruptivos en los más
pequeños. Uno de los más importantes
es mantener un buen vínculo afectivo con los progenitores. Dedicar
tiempo suficiente a estar juntos en edades tempranas, jugar con ellos, prestar
atención a sus conductas y ejercer el control sobre ellas cuando sea necesario.
“Es fundamental poner límites a las demandas de los niños desde muy pequeños y
mantenerse firme en ellos” Es fundamental también poner límites a las demandas
de los niños desde muy pequeños y mantenerse firme en ellos. A continuación, se exponen
algunas de las técnicas usadas con más frecuencia en el ámbito escolar y en el
hogar.
Economía de fichas: esta
técnica se utiliza tanto en grupo en el aula, como de forma individual en casa.
Se aplica para favorecer el desarrollo de buenas conductas y disminuir las no
deseadas. Consiste en trazar un plan junto con el niño para entregarle cuando
efectúa las conductas pactadas de forma previa (recoger su cuarto, hacer las
tareas, atender en clase, etc.). Si consigue un determinado número de fichas,
las puede canjear por un premio mayor.
Tiempo fuera: Se
retira al niño a un lugar que carezca de estímulos positivos para él. Se
utiliza ante rabietas o comportamientos inadecuados persistentes. Hay que
apartarle a otro lugar de forma pausada y tranquila, mientras se le expliqué
que cuando corrija su actitud podrá volver al espacio físico anterior. En los
más pequeños, el tiempo debe limitarse a cinco o seis minutos. “Las actividades
que más le gustan a un niño pueden utilizarse para reforzar otras que le
resultan más desagradables”
Saciedad: Llevar al límite una conducta inadecuada del
niño puede conducir a que una situación que, en principio, resulta agradable
para él, se convierta en incómoda. La técnica de la saciedad puede conseguirlo.
Le otorga a la conducta problemática el papel de recompensa, de modo que, usada
de forma sistemática, el niño se canse de ella. Si un niño llora y patalea
porque quiere ver la televisión, se le puede dejar todo el día delante de ella
e impedirle hacer otras actividades. Si sólo quiere comer galletas, se le darán
para desayunar, almorzar, merendar y cenar.
Estrategia paradójica: Esta
técnica se utiliza como último recurso cuando no funcionan otras. Se pide al
niño que realice justo lo contrario a sus expectativas, así se sorprende y se
crea una situación de perplejidad. Si se le reprueba siempre una conducta, como
no atender durante las horas de clase, una opción es darle permiso para no
hacer nada durante toda la jornada y dejarle exento de cualquier actividad
educativa hasta que sienta al final, por aburrimiento, la necesidad de seguir
las actividades comunes. El objetivo es convertir en una obligación algo que le
resulte agradable, para que así acabe por rechazarlo.
El castigo: El
castigo es quizá el primer método en el que piensan los adultos ante una
conducta no deseada de los niños. Esta técnica resulta efectiva en algunos casos
y reduce las probabilidades de que el comportamiento inadecuado se repita. Sin
embargo, si se usa de forma sistemática y en contextos que no lo requieren,
puede perder eficacia, sobre todo porque no propone un modelo de conducta
alternativo. Antes de aplicar un castigo es necesario tener en cuenta algunas
pautas. En primer lugar, debe ser inmediato a la mala conducta, ya que es el
único modo de conseguir que el niño comprenda qué se le reprueba y lo asocie al
castigo. Es necesario también medir la proporción de la pena en función de la
conducta. La levedad o gravedad de ésta determinará la de la infracción. Para
que sea efectivo, quien lo impone debe mostrar al niño cuál es la conducta que
se espera de él, contraria a la que se castiga. Hay que cuidar, del mismo modo,
que no se asocie a una conducta deseada (recoger el cuarto, hacer tareas), para
que el niño no la identifique como algo desagradable.
¿Cómo mejorar la comunicación en adolescentes especialmente
centrado en situaciones conflictivas?
La comunicación entre padres
e hijos adolescentes es vivida por ambas partes como un conflicto diario. Los
padres viven con ansiedad el momento de sentarse y hablar con sus hijos. Los
padres se quejan del silencio de sus hijos, lo que les lleva a preocuparse,
pero tampoco los padres cuentan todo. A continuación,
les mostraremos los errores, que cometen los padres de familia cuando hay un
conflicto, y las mejores formas de hablar a su hijo y algunos consejos
prácticos para mejorar la relación con tu hijo adolescente.
1. Errores en
la comunicación entre padres e hijos adolescentes
Los errores que más se
producen entre la comunicación padre-hijo días tras día y sobre los cuales
podemos actuar para evitarlos son los siguientes:
- Generalizar: “Tú
siempre…”, “Tú nunca…”. El problema es la actitud de los padres hacia los
hijos. El reproche al hijo por conducta o comportamiento está a la orden
del día. Como por ejemplo: ” Nunca me ayudas”, “No pones atención
cuando te explico algo” o “siempre gritas” etcétera…
- El uso de la crítica y el calificar
negativamente como gran aliada: “Eres un desagradecido” , ” No sabes hacer
nada”, “Eres un inconsciente”.
- Gritar como arma: Con
la que sentirse superior sobre su hijo, sin darse cuenta que son el modelo
que los hijos tiene para crecer.
- Maltratar: Culpar,
insultar, avergonzar, reprochar en casa o en la calle sin importa en dónde
o con quién está el adolescente.
- Pensar en otra cosa mientras nuestro hijo nos habla: Cuando nuestros hijos nos cuentan sus problemas y nosotros solo estamos pensando en nuestras preocupaciones del trabajo, de la casa, la hipoteca…
2.
Formas de comunicación entre padre e hijos adolescentes
Cada familia es un mundo y
cada persona se relaciona con sus familiares según lo que le han enseñado o ha
ido observando a lo largo de su niñez y adolescencia. Existen distinto estilo
de crianza
- Estilo agresivo: Personas
que interrumpen a otros, gritan, no escuchan, culpan, regañan o no ponen
atención a quien está hablando.
- Estilo pasivo: Personas
que provocan enojo porque nunca opinan nada; si llegan a estar a favor o
en contra, dan la impresión de adoptar la visión de otra persona y no la
propia.
- Estilo asertivo:
Las personas que dicen lo que piensan y sienten, se muestran seguras, pero
no agreden a nadie. Respetan las opiniones de los demás.
3. Consejos prácticos para
mejorar la comunicación entre padres e hijos adolescentes
1.Escucha lo que dice tu hijo o hija, déjale terminar: Dejar que tu
hijo hable, que diga lo que piensa o siente. Si lo interrumpes constante porque
“ya sé lo que me va a decir, yo también he sido adolescente”, nunca sabrás cómo
se siente.
2. Tranquilidad ante todo ¡Controla tus impulsos!: Puede ocurrir que
te cuente que ha hecho cosas que no te gustan. Evita los gritos y `por supuesto
las amenazas, pues no sirven para nada. Cuando estés más tranquilo habla con él
y explícale qué es lo que no te ha gustado de su conducta y por qué no ha
actuado bien. Puede interesarte saber más sobre Cómo manejar los nervios
3. No juzgues. Es lo peor que puedes hacer: Si te dedicas a castigarle
por su conducta de forma constante estás poniendo una barrera entre tu hijo y
tú. Utiliza frases para que vea que tú no eres juez de nadie: “Ahora mismo
estás muy enfadado y lo entiendo, pero si no me gritases sería mejor. Cuando te
calmes podremos seguir hablando”.
4. Dale
importancia a lo que te dice: A veces lo padres no ven el mundo
como lo ve un adolescente. Lo que para los padres es una tontería puede que
para un adolescente es todo un mundo. Como padres el pensamiento que suelen
tener acerca de una preocupación de su hijo adolescente es: “no son más que
tonterías, cuando sea grande se dará cuenta de que no es para tanto…”. Si
cuenta contigo para hablar de sus cosas, dale la importancia que se merece. Tu
hijo está teniendo el valor de contarte algo que para él lo es todo. Respeta su
preocupación.
5. No des lecciones: Tendemos
a decir a nuestros hijos lo que deben hacer. Es mucho más útil y beneficioso
que les enseñes a buscar soluciones, que cree alternativas. A lo largo de su
vida se dará cuenta que es más útil tener varias soluciones a un problema.
6. Enséñale a comunicar sus sentimientos: Esta bien que le preguntes
por sus rutinas diarias como por ejemplo “que tal en el colegio, en tenis…” Ve
un paso más adelante y preguntarle cómo se ha sentido a lo largo del día, si
hay algo que le preocupa. Puedes ayudarle a que entienda qué siente
preguntándole tu directamente, no tengas miedo y pregúntale si “¿estás enfadado
o triste?”. Todos tenemos que aprender a expresar nuestros sentimientos y sin
duda alguna los padres son el mejor modelo para los hijos. También puede
interesarte cómo Mejorar la inteligencia emocional.
7. ¡Ya no es un niño!: Lo más importante y lo que más les cuesta a los
padres de aceptar. Tu hijo está creciendo y se está convirtiendo en adulto. Si
lo tratas como tu niño pequeño se sentirá avergonzado, y sobre todo delante de
sus amigos y amigas. ¡Ten cuidado con esto!
SIETE CLAVES PARA EDUCAR CON AMOR DIRIGIDO A PADRES DE FAMILIA.
Educar
con amor es enseñar a través del cariño poniendo dedicación y especial atención a los
momentos que se dedican para tal fin, sin importar el mucho tiempo que se
necesite para eso.
ü Pon
todo tu empeño en brindarle los mejores conocimientos.
ü Pon
seriedad en tus enseñanzas.
ü Aplaude
sus logros.
ü Elógialo
cuando aprenda algo nuevo, destaca sus cualidades y premia su esfuerzo.
ü Intercala
el cariño con las enseñanzas.
ü Dale
la libertad que necesita para aprender y errar por sí solo.
ü Déjalo
que experimente y se aventure, no importa si comete errores. Lo
más significativo es que sepa levantarse y continúe esforzándose.
EDUCAR NIÑOS Y
ADOLESCENTES EN LA PSICOLOGÍA POSITIVA.
La disciplina positiva se basa
en la premisa que los NÑAJ y los adultos se comportan mejor cuando se sienten
mejor.
La disciplina positiva
considera la importancia de tratar a todas las personas con dignidad y respeto,
incluyendo a los niños.
Se basa en el principio de
conexión antes que de corrección.
En identificar la creencia o
el motivo detrás de un mal comportamiento.
Es una filosofía y modelo de crianza puesta en práctica en
nuestro gabinete de psicología infantil que ayuda a alentar a los hijos, a
desarrollar pensamiento reflexivo, responsabilidad, cooperación y a desarrollar
un sentido de comunidad.
LA DISCIPLINA POSITIVA SIRVE PARA
ü
Propiciar una relación de amor y respeto entre
padres e hijos
ü
Prevenir y corregir malas conductas
ü
Ayudar a los niños a sentirse conectados
ü
Establecer firmeza y amabilidad al mismo tiempo
ü
Lograr efectividad a largo plazo
ü
Enseñar habilidades sociales y de vida
ü
Invitar a los niños a descubrir sus capacidades
ü
Centrase en las soluciones y no en los castigos
ü
Tomar los errores como oportunidades de aprendizaje
ü
Enseñar a enfrentarse y resolver problemas
ü
Criar niños más afectuosos, sociables, empáticos y
cooperativos
ü
Disfrutar de ser padre/madre/maestro
10 Pautas para ayudar a niños y adolescentes a
generar fortalezas personales.
- Transmite actitudes y formas de pensar
positivas. Los pensamientos positivos llevan
a emociones positivas.
- Tomate tu tiempo y haz que ellos se lo
tomen para disfrutar de las cosas sencillas de la
vida que nos hacen sonreír.
- Cuida su autoestima.
- Enséñales a indagar en su interior y
reconocer estas capacidades, que sean conscientes de cuáles son sus
fortalezas y cuales son aquellas debilidades que pueden cambiar.
- Ayúdales a crear fortalezas personales
que les sirvan en su vida adulta.
- Deja que se enfrenten a sus pequeños
retos diarios, que creen alternativas, que
afronten sus fracasos y persistan en la consecución de los retos. Para
ello tienes que dejar que lo hagan por sí mismos.
- Muéstrales tu amor,
y contribuye a su desarrollo afectivo.
- Se agradecido con los demás, perdona y
actúa con justicia. Los valores se transmiten
mediante la vivencia afectiva de los mismos, para ello es necesario que
comprueben como estas en el sistema de valores de los padres.
- Estimula su curiosidad natural.
- Enséñales a pensar
y a descubrir dones y talentos.
LINKS DE INTERÉS PARA PADRES DE FAMILIA
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